El Xeomeen es una toxina que se sintetiza a partir de una bacteria de la familia de los clostridium. El Xeomeen es una toxina del tipo A, una de las siete cepas obtenidas de la bacteria denominadas neurotoxinas botulínicas y utilizadas desde los últimos años ochenta como herramientas eficaces de la medicina estética.
El Xeomeen opera en la corrección de las arrugas y surcos no deseables del rostro. El Xeomeen genera un efecto paralizador en los músculos en los que se inyecta, provocando en los músculos asociados y contrarios un efecto alisador de las marcas faciales, las desagradables arrugas.
El Xeomeen aprovecha un efecto natural en los músculos de la cara, que aprovecha los efectos de sus alargamientos y contracciones en favor de la mejora estética que propone. El Xeomeen borra litreralmente las arrugas de la cara y generan un efecto natural que supera al archiconocido y popular Bótox.
El Xeomeen queda como una buena solución para las arrugas de las patas de gallo, para las de la parte superior de los labios que son muy comunes en los fumadores, las de la frente y en muchos casos también las que aparecen en el cuello.
El Xeomeen no es como el Bótox, la cara no queda fosilizada, el rostro no deja ese aspecto indeseable de semblante asustado, si se sabe aplicar de forma apropiada, por supuesto.
El efecto de las aplicaciones dura alrededor de seis meses, aunque es cierto que hay pacientes que requieren retoques al cabo de cuatro meses.
Y si existe dudas sobre si se trata de una propuesta médica dolorosa, hay que decir que el tiempo de aplicación de cada dosis no se prolonga más allá de los diez minutos y que el paciente, con una sensibilidad normal, sólo percibe un simple picor intenso que desaparece al cabo de poco tiempo.
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